Esta historia que he inventado es ideal para las fans de Karen(esta vez es mas larga y no me podeis poner quejas¬.¬):
EL AMOR DE KAREN
Era de noche, y las princesas sirenas aprovechaban esas horas para ir a bañarse a la playa sin que nadie las viera, pues había llegado el verano y durante el día resultaba imposible pasar desapercibidas.
Noel, que no había optado por ir a nadar con el resto, se encontraba leyendo un libro a la luz de la luna llena, sentada sobre la arena. Alzó un momento la vista del relato y se encontró con dos ojos naranjas que la miraban con curiosidad.
- ¿Qué ocurre Seira?- preguntó la joven de cabellos añiles a la recién llegada.
- ¿Qué lees? - inquirió la pequeña en respuesta.
- Una novela de misterio - le contestó- ¡Es tan interesante!- añadió emocionada.
- Siempre estás haciendo lo mismo...- dijo con tono de aburrimiento. Se giró y observó lo que hacían las demás, viéndolas nadar y divertirse en el agua. Recorriendo con los ojos el panorama llegó hasta la única que no disfrutaba del momento. Sentada de espaldas a ella sobre una gran roca estaba Karen, examinando el horizonte fijamente.
- ¿Qué le pasa?- questionó la niña senalándola.
Noel siguió la dirección que le indicaba y contempló por vez primera el estado en el que se hallaba su hermana pequeña. Dejó el libro sobre la superfície arenosa y se levantó, al tiempo que veía como una figura se le adelantaba.
- ¿Qué sucede Karen? ¿Por qué estás tan triste? - pidió una sirena menor en cuanto a edad se refiere que la portadora de la perla violeta desde el agua. Se trataba de la dueña de la perla rosa, que respondía al nombre de Luchia. Para ella no era nada nuevo encontrar a su amiga así, pues desde hacía varios meses había empezado a detectar un comportamiento anormal en ella que las demás habían pasado por alto.
- No es asunto tuyo - fueron las palabras fríamente pronunciadas que le dirigió sin pensárselo dos veces la aludida.
-En eso te equivocas- respondió la rubia de ojos turquesa - eres mi amiga, Karen, y si te pasa algo tengo derecho a saberlo para intentar ayudarte.
-Vete a ayudar a otra persona - dijo con voz amarga.
Herida, preocupada y algo ofendida, Luchia se retiró sin decir nada.
Un rato después, el grupo de sirenas decidió que era hora de marcharse. Se dieron cuenta de que una de ellas no parecía tener intención de imitarlas, pero cuando le preguntaron por ello les dijo que la dejaran sola, que volvería por su cuenta.
Por fin se habían marchado y podía dejar que las lágrimas contenidas brotaran de sus ojos.
Como no tenía nada a que aferrarse para soportar el dolor, su mano se dirigió al collar violeta que llevaba colgado del cuello y lo apretó con fuerza mientras seguía llorando.
'' No es justo pensó. '' Lo único que deseo es estar con él, ¿tan difícil es cumplir un deseo tan sencillo? Nuestro amor debería ser posible... con lo que yo te quiero, Subaru... ''
Mientras volvían a casa, se fijaron en que el mar había cambiado. Hacía poco tiempo estaba tranquilo, calmado, pero ahora era un mar embravecido, sobre el cual comenzaban a aparecer nubes que anunciaban una fuerte tormenta.
- Desde luego, el océano no parece estar de muy buen humor - comentó Hannon.
- No creo que sea como para tomárselo en broma, podría ser muy peligroso el simple hecho de acercarse a él mientras está así - la reprimió Rina.
- ¿Incluso para una sirena? - preguntó Seira al oír lo que había dicho la peliverde.
- Tal vez incluso más, pues nosotras nos estamos acostumbrando demasiado a estar en tierra firme como para poder sobrevivir - le aseguró con tristeza Noel.
- Me preocupa mucho Karen - añadió Coco.
- Seguro que estará bien - aseguró Luchia para animarla, pero la verdad es que conociendo el estado de la princesa, lo dudaba mucho.
Y Luchia tenía razón.
FIN
Espero que os haya gustado^^