Llegó la semana más dura que una princesa sirena podría imaginar. La semana en la que regresarían a sus reinos y, también la semana de despedirse de sus parejas. Hannon y Rina comprendían que tenían que volver a sus reinos, pero, ¿cómo se despedirían de sus parejas? Hannon fue a ver a Nagisa y sin saludarle le cogió de la mano y le llevó al mar.. En cambio Rina pasó todo el día con Mashairo. Rina decidió contarle la verdad a Mashairo, pero en ese momento las olas del mar rugieron con fuerza. Ella comprendió que todas las sirenas la estaban avisando de que no lo hiciera, así que decidió salir corriendo a su casa. Cuando las olas habían rugido habían golpeado a Hannon con el agua y en ese momento se convirtió en sirena, sus últimas palabras fueron:
-Adiós Nagisa, siempre te querré incluso convertida en burburjas seguiré guardando mis sentimientos.
Rina de camino a su casa vió a Nagisa triste y golpeando la arena, le preguntó lo que pasaba y este se lo explicó todo. Rina, al comprender que había sido por su culpa se fue llorando a su casa y se quedó toda la noche en vela cantando canciones tristes y suplicandole a la reina del agua que Hannon volviera a ese mundo y que ella ocupara su lugar, y el deseo de Rina se hizo realidad, pero antes de eso dijo:
-Por favor Hannon, si este deseo se cumple te ruego que le digas a Mashairo todo lo que ha pasado, incluso que soy una sirena.
Hannon así lo hizo pero como Rina ya estaba convertida en burbujas y como no podía volver a convertirse en burbujas se convirtió otra vez como era antes. Así la despedida, como sus parejas ya sabían su verdadera identidad, las sirenas podrían ir a visitarles siempre que quisieran puesto que Nicora se quedó allí para seguir con el hotel perla porque decidió que su vida estaba allí. Luchia, Rina y Hannon volvieron a sus reinos, pero prometieron a sus parejas que... algún día muy cercano volverían a verse.