WANTED.Aventura Pokemon Temp. 1

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]<---Leo y Melody

Nombre:
Melody

Apodo:
Melody Greeny

Edad:
17 años

Rango:
Entrenadora

Rango:
Vampiro

Descripción física:
Melody es alta para su edad, mide 1´72 m, y pesa 54k. Su piel es de un tono blanco, como la leche. Sus ojos son de color gris, pero cuando se enfada, o le entra sed de sangre, sus ojos cambian a un violáceo. El pelo es largo, le llega casi por las rodillas, y tienen un flequillo, que le tapa una pequeña mitad de un lado de su frente. Su pelo es ondulado y es de color negro. Tiene muchas curvas, suele atraer así a sus victimas, o de muchas más maneras crueles. Suele vestir colores como el azul pastel, o el amarillo claro, el blanco ¨le encanta, porque no atrae mucho el calor del sol¨, etc. También viste vaqueros cortos, o largos, de muchos tonos de colores. Sus zapatos suelen tener un poco de tacón, ¨le encanta el ruido de sus zapatos al entrar en contacto con el suelo¨, suelen ser marrones o un azul marino. También acompaña a su vestimenta, con un sombrero cualquiera, da igual el color, y un bolso, en el que lleva sus cosas.   Tiene un tatuaje de una estrella en el cuello, y una luna en la muñeca, donde suele llevar un reloj azul, a veces.  El tatuaje de la estrellas es de color negro, y el de la luna negro. Esos tatuajes muestran el carácter de Melody, y el odio que tiene hacia algunas personas.  

Descripción psicológica:
Los dos tatuajes que tiene en su cuerpo, muestran el odio y el amor que tiene hacia algunas personas. Desde pequeña vivió feliz, y de mayor también, hasta un momento de su historia que la hizo cambiar. Ahora su actitud es fría y desagradable. Desde metros se puede sentir el odio de Melody. Aunque el odio la tenga totalmente controlada, todavía tiene amor hacia los animales, y es lo único que trata bien. Cuando la abrazan, cambia totalmente de personalidad, lo contrario de frio. Pero no dura mucho, esa actitud de amable, ya que no lo soporta. Es lista, ágil, y es buena en todos los deportes, da igual con quien se enfrente, siempre sale ganando. Se aburre fácilmente, ya que todo le sale bien, y siempre es igual. Esta esperando a que algún día alguien le haga abrir los ojos, y saber que la realidad es difícil, aunque eso sea imposible para ella. Duerme poco al día, aproximadamente, 5 horas, y con eso le basta para estar despierta todo el día.  

Gustos:
– La sangre
-Los caballos de color negro
- Los días oscuros
-El rojo
-Las calles iluminadas por numerosas luces
-Correr en medio de la calle
-Reír
-Los animales
-El calor
-Las papas fritas
-Lar rosas
-Las alturas
-El vino
-El mar

Disgustos:
-Los deportes
- El estar aburrida
- El verde
-Las sandalias
-El refresco
-El ruido
-La gente
-Los mentirosos
-La música clásica
-El bosque
-Los zapatos sin tacón
- Los edificios sin mucha altura
-Las gárgolas
-Que la gente diga que los vampiros son inútiles y seres imaginarios
-Que hayan secuestrado a su mejor amigo

Miedos:
–Las pistolas
Historia:
Desde pequeña era feliz, y fui creciendo. Vivía con mis abuelos, hasta que me hice mayor, y me compraron un apartamento en una de las grandes ciudades de Japón.  Me costo al principio acomodarme en aquella ciudad. Un día normal, había ido al buzón de mi puerta a ver la publicidad que me dejaban todas las mañanas de los domingos. Al salir vi a un chico de cabellos negros, como los míos, me lo encontraba todas las mañana sacando la basura. Por el ojillo de la puerta, lo espiaba, no sabía porque, pero quería hacerme amiga de el. Era un chico feliz, siempre tenía una sonrisa en la cara, que hacía que me pusiera más contenta cuando estaba triste. Siempre quise una oportunidad de hablar con el, pero me ponía nerviosa al ver sus ojos negros de sensación profunda e vacía. Un día tuve las fuerzas suficientes en hablarle. –Pe-perdón-. Siempre empezaba con la misma palabra antes de hablarle, aunque tuviera muchas energías para hablarle, nunca terminaba, salía corriendo de allí. Me ponía triste con solo ver la cara del chico y recordar los momentos vergonzosos que había pasado con el.
Otro día pasó, se me pasaban rápidos, no me daba ni cuenta cuando había terminado una semana. Esa misma tarde una de mis amigas me llamo. Cuando vivía en el campo no tenía muchos amigos, hasta al ir a una escuela lejana. Todos los amigos que había conocido en aquella escuela vivían en la ciudad. Ahora se podía encontrar con todos ellos. Pues esa tarde quedo con sus amigas al cine, compraron sus entradas, para ver una película de vampiros. Melody se sentó en la sexta fila. Se había sentado junto a sus amigas, pero al lado de ella había un sitio libre, todas las filas estaban llenas. La película había empezado, de repente se abrió la gran puerta de la sala y se ven las siluetas de cinco chicos, por sus voces se había notado que eran jóvenes. Cuatro chicos se sentaron en la fila de detrás en la que Melody se encontraba enfrente, el quinto chico se sentó en frente de Melody y le dijo casi susurrando: -¿Puedo sentarme aquí?-. Melody asintió con la cabeza mientras veía la película, los dos se quedaron viendo la película. Cuando se había terminado se encendieron las luces, el chico se agacho para coger su maleta, mientras que Melody se estaba levantando, cuando fijo su mirada en el chico, se fijo que era el chico, con solo verle el cabello lo reconoció. –vamos Melody, sal ya, que tenemos prisa, queremos ir a la feria de atracciones- le dijeron sus amigas desesperadas. –Ya voy, tengo a un persona delante- dije enfadada. El chico se levanto del sillón y se giro hacia las chicas para pedir disculpas por la tardanza.- Perdónenme, no quería hacer esperar- dijo el chico con la mirada en frente. Cuando el joven vio a Melody, saco una sonrisa. -¿Qué tal estas?- le pregunto sonrientemente. Melody se puso nerviosa y empujo a sus amigas hacía el otro lado para salir de aquel incomodo y avergonzada situación.  Al salir del cine Melody estaba triste, y su rostro demostraba que estaba seria y pensativa. Las amigas intentaron animarla, y se dieron cuenta que otros amigos que estaban en la escuela que iba Melody de pequeña ya habían llegado. Decidieron todos ir al karaoke, mientras veinte personas ¨los amigos de Melody¨, cantaban en un cuarto, ella estaba en el baño resfescandose la cara con agua fría. Al salir del baño me di cuenta de que el chico estaba en la maquina expendedora del pasillo. -¡Peo como puede pasar esto!- dije mientras pasaba por detrás de el sin decir nada. El chico de repente se giro bruscamente hacia detrás y se choco con Melody.- ¡Lo siento!- grito el chico en el pasillo. –Es culpa mía- dije dolorida. El chico se levantó y le dio la mano a Melody, le cogí su mano y me levante colocando mi falda.  –Nos volvimos a ver- dijo el chico feliz. Melody se puso nerviosa.- ¿Cómo te llamas?, yo me llamo Leo- dijo sonriendo el joven. –Y-yo me llamo Melody Greeny-. Dije casi avergonzada por el choque hace unos segundos. Aquella tarde para mi fue la mejor.  
Desde aquel día Leo Melody hablaban más, siempre se encontraban frente a la puerta de sus respectivos pisos y se saludaban, se ponían a hablar y quedaban para otros días.
El día había amanecido con un naranja oscuro. Melody estaba muy nerviosa ya que invito a Leo a su casa. Preparo comida, la consola, etc. De repente sonó el timbre de su puerta, Melody salió corriendo a saludarlo, al abrir la puerta, me di cuenta de que estaba serio y entro saludándome sin esa sonrisa que me hacía feliz. Sus ojos habían cambiado de color, y yo creía que eran las lentillas. -¿Tienes hambre?, he preparado comida- le dije preocupada mientras me hacía una coleta. Leo se acerco bruscamente a Melody y la tumbó contra la pared agarrándola de la mano. Melody se puso nerviosa y fijo su mirada a los ojos de Leo, yo sabía que le ocurría algo, pero no sabía que. Me puse más nerviosa cuando se acerco más a mí. Me puse totalmente roja, quería ir hacia la puerta y abrirla, para poder salir corriendo de allí. –Lo siento. Dijo serio, mientras le caían lágrimas de los ojos en el cuello de Melody-. Yo solo quería salir corriendo de allí, pero las manos de Leo apretaban muy fuertes las mías, estaba claro que me iba a dejar marcas en la muñeca. De repente sentí un fuerte golpe en mi cuello, me di cuenta que Leo me estaba mordiendo, lo primero que pensé era que estaba loco, pero me di cuenta que empezó a sangrar mi cuello. –Eres un vampiro. Dije entrecortadamente mientras chupaba mi sangre-. Leo se alejo de mí, dejando mis manos libres. Mi cuerpo inmediatamente se calló al suelo, no tenía energías para mantenerme de pie. – Lo siento. Dijo Leo llorando y acercándose a mi para acariciar mi cara-.  Es lo primero lo que oí antes de desmayarme.
Días después de lo ocurrido desperté. Me vi en medio de una cama grande, en un cuarto que no conocía. Levante mi mano hacia mi boca y me di cuenta que tenía colmillos. Tenía mucha hambre y quería comer algo dulce, como un bollo relleno de crema. Me levante de la cama pero antes me puse unas pantuflas que estaban al lado de la cama. Al levantarme me di cuenta que ya tenía energías. Oí unos pasos detrás de la puerta del cuarto en el que me encontraba. -¿Cómo puedo escuchar pasos de tan lejos?. Dije asustada alejándome de la puerta al darme cuenta que esos pasos se dirigían hacia la puerta-. Decidí volverme a la cama y hacerme la dormida pero no me dio tiempo. Me puse firme cuando la puerta se abrió. –Buenos días. Dijo Leo sonriendo-. Me asuste un montón al ver que Leo se asomo de la puerta, ¿acaso me secuestro?. Sentí un gran dolor en el cuello e inmediatamente subí mi mano hacía el cuello y note dos agujeros. ¿No me seré un vam…?. Salí corriendo hacía el espejo que se encontraba a mi derecha, abrí mi boca y vi los dos agujeros en mi cuello. -¿Qué me has hecho?. Dije llorando.- Leo desvió la mirada, estaba apunto de llorar, pero yo si que estaba apunto de coger mi ropa, vestirme e irme lejos de aquella ciudad. Leo me lo explico todo, de que me había convertido en vampiro por su egoísmo. Según el quería morir, sacó su pistola del bolsillo de su chaqueta y la dejo en mi mano. –Mátame, he hecho daño a la persona a la que más quiero-. Dirigí mi mano a su cara, quería tocar su rostro, pero Leo se echa para atrás, pero me volví a acercar a el y le acaricie un lado de su cara. –No te preocupes, estoy bien, ahora puedo vivir junto a ti, para siempre-, le dije sonriente. Leo soltó unas lágrimas y de inmediato me abrazo. Sin que el se diera cuenta yo también me puse a llorar.
Ya habían pasado tres meses desde que era vampiro, me gustaba serlo, ya me había acostumbrado, y cada vez me iba enamorando más de Leo. Solíamos correr por las calles todas las noches, me encantaba subir a los edificios más altos con el y agarrarme fuertemente a Leo, porque solíamos abrazarnos y saltar al vació para acabar en el suelo con una sonrisa, por la diversión que podíamos pasar los dos juntos. También solíamos correr por las calles de la ciudad por la noche.  Me iba a confesar hacia Leo, pero un día por la noche volvimos a saltar por el vació, riéndonos… y al caer al suelo, un policía que era vampiro detuvo a Leo. -¡Leooo!, grite desesperada mientras se lo llevaban.-¡Tranquila, volveré!. Estuve día, tarde y noche esperándolo en su casa, hasta que me canse y fui en busca de el. Y desde ahora he emprendido una búsqueda para esperar ese día que Leo me dijo que volvería. [/i]
Objetivos:
-Encontrar a Leo algún día.
-Coleccionar pokemon fuertes para enfrentarse al futuro.
[Rivales:
-La policía nacional de vampiros
Compañeros:
Ahora mismo nadie.

Pokemons que tiene:
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